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Una nueva operación, denominada Pizarro, ha dado con otra presunta trama de amaños de partidos de fútbol en la Segunda y Tercera División del fútbol masculino, y la implicación de un equipo de máxima categoría de la Primera División femenina, residenciado en Extremadura.
Esta Comunidad y la Andaluza están siendo objeto de esta nueva actuación policial, con apuestas ilegales en el mercado asiático.
Realmente se trata de un grave problema. En septiembre de 2014 la Unión Europea puso en marcha el Convenio sobre la manipulación de competiciones deportivas. Siendo conscientes de que este asunto constituye un problema internacional y requiere del compromiso de los países, que dado su contexto puede ser suscrito por cualquier país. Lo que parece evidenciarse en el caso del nuestro, que el refugio de las divisiones no profesionales, juega como un verdadero caldo de cultivo, propiciando estas praxis delincuenciales.
Se puede observar que, a pesar de los supuestos instrumentos de control de la Liga y la Federación, esta última con especial incidencia por ser competencias de las que depende, no están siendo capaces de hacer frente a lo que es un verdadero dopaje de la competición. Y con ser importante todas las medidas policiales, se necesitaría un verdadero compromiso del deporte y de las autoridades deportivas para atajarlo.
Sin duda, se tiene enfrente a todo una industria criminal, capaz de situarse en territorios de difícil acceso, pero no se puede convertir nuestro país en un escenario idóneo para que las mafias actúen a sus anchas. De la Unión Europea nuestro país está siendo considerado como de los más adeptos en este terreno.
Y las acciones policiales no pueden ser el único elemento intimidatorio para ello, sino somos capaces desde el mundo del deporte de parar este tipo de praxis que tanto daño hace al deporte, y que implica a deportistas, algunos de los cuales muestran esa justificación en el hecho de ganancias por una actividad que recaban terceros, y que se lleva a costa de los deportistas.
Hay ejemplos elocuentes de países de nuestro entorno que han puesto en marcha simuladores de actuaciones de rápida respuestas con la implicación de expertos en redes criminales, delitos informáticos, deportistas e instituciones que actúan sobre el terreno ejerciendo un papel de intimidación.
Dentro de lo que se ha denominado Plan contra la integridad en el juego. Porque lo que está en juego en estas tramas es, además, de la limpieza de la competición deportiva; el hecho de ostentar el estigma de un país que no es y sigue siendo incapaz de poner coto al amaña de partidos, y por ende de competiciones.
No se puede seguir parcelando las áreas de responsabilidades entre las instituciones deportivas, sin comunicación y coordinación y dejar al voluntarismo que no está dando resultado, y convendría ya poner en marcha un plan integral contra los amaños de partidos, en un ejercicio de hacer causas belli frente a las mafias que pretenden hacer terreno de juego las competiciones deportivas de nuestro país.
María José López González
Abogada