En marzo de este año, el Gobierno de España, por la importancia que se merece, liderado por la Vicepresidenta Primera del Gobierno, junto con la Ex Secretaria de Estado, Irene Lozano, presentaron el proyecto Ellas – la profesionalización de la Liga Profesional de Fútbol femenina-; que ya tocaba, después del paso decisivo que hicieron las futbolistas de nuestro país, con la firma de su primer convenio colectivo.
Referente nacional e internacional. Pues bien, quisiera atraer la atención en relación a la presencia de la Vicepresidencia, además del liderazgo político de la misma, por cuanto ese Ministerio tiene sus competencias la Memoria Democrática.
No quisiera que se entendiera que la inexistencia de una liga profesional femenina, con la mirada en el espejo retrovisor de una más que desarrollada liga masculina profesional, se posicionara en el mero ejercicio de mimetismo. Si no, y muy, al contrario, debiera servir para hacer un ejercicio de reflexión en torno a que el devenir histórico no continuara lastrando decisiones, cuando las mismas contribuyen a limitar derechos y/o a discriminar.
Y una no liga profesional es un paso atrás en el pasado. Por eso esa puesta en escena de la Vicepresidencia fue un buen contexto para apuntalar el inequívoco compromiso de romper con los anacronismos segregacionistas que se siguen produciendo en el deporte. Y es que el pasado no debiera condicionar la evolución futura de un colectivo, que hoy no está conformado si seguimos sin avanzar en esa progresión que supone la liga profesional del fútbol femenino en España.
Lo han demostrado las jugadoras cuando decidieron que el convenio colectivo no sólo era el paso necesario para dignificar su profesión, sino que era tan conveniente como urgente, para reforzar sus derechos.
Sin ese convenio el Estatuto de los Trabajadores imperaba en la medida en la que la denuncia se producía, pero qué pasaba con esas diferencias en las jornadas laborales, en salarios tan dispares, como sonrojantes, el alta en la seguridad social, la maternidad, la prevención de riesgos laborales, las incapacidades etc, justas reivindicaciones que estas jugadoras se han ganado a pulso; al mismo tiempo, que han de ejercer como efecto tractor para el resto de disciplinas deportivas femeninas en España.
Hay ese dato curioso, que incide en esa importancia del convenio y que tiene que ver con los cambios normativos de la FIFA en apoyo a la maternidad, que el propio convenio femenino ha superado a la propia FIFA, garantizándole una renovación automática al ser madres.
Pues bien, son las dos grandes ligas, de incidencia anglosajona, – FA Women`s Super League in England, and the NWSL estadounidense, las únicas en el mundo que están consideradas con status profesional. De ahí que cobre tanta importancia por el reto de la historia del deporte, hoy más que nunca Marca España, para que esta liga profesional se ponga en marcha. Y no decaiga a tentaciones de status quos conservadores y conservacionistas.
Y menos si esto se hace a costa de la progresión y el derecho de estas profesionales del deporte. Porque una Liga Profesional en el fútbol patrio no es sólo un concepto nominativo, tiene consigo elementos diferenciadores en relación a derechos de imagen, cupos de extranjeras, eliminación de la parcialidad, salarios incrementados, etc.
Es por ello, que desde el Gobierno de España, y desde esa Vicepresidencia se le diera, con el trabajo destacado del CSD, partícipe de ese paso tan necesario. Teniendo en cuenta que se trata de una competencia residenciada en el ámbito de la Administración General del Estado, con la Ley del Deporte en la mano, esa liga profesional esa calificación es competencia del CSD – artículos 8 e ) y de su Comisión Directiva 10 f); estableciendo esas características claras sobre ese presupuesto de Liga Profesional – artículo 46.2, vinculación laboral y dimensión económica-.
Es una realidad que esto se da, con matizaciones, pero con la suficiencia para poner en marcha esta Liga, que tan necesaria debe ser desde el punto de vista de la igualdad histórica, como el de una sociedad y un país que se proclama igualitario.
Sería bastante frustrante que el paso adelante que toca ya llevar a cabo para que sea una realidad la próxima temporada, se ralentizara por tacticismos, que tan daño han hecho a lo largo de la historia en el paso a la modernidad de España.
Fdo. María José López González
Abogada AFE